Viendo murallas

0

Cuando nos conformamos al ver la muralla delante de nosotros es fácil dar media vuelta y retornar por donde vinimos. No nos arriesgamos a ver cómo podemos cruzarla, y, la verdad si hay manera, escalando o descubriendo cuan grande es para derribarla.

A veces ver las cosas con nuestros propios ojos nos hace actuar bajo nuestro propio criterio, pero, ¿Qué sería si viéramos con los ojos espirituales? Nos daríamos cuenta que hay muchas cosas que podemos darle batalla y que son muy fáciles de mandar abajo.

Como pensamientos erróneos contra nosotros mismos, deseos de vanidad o carnales que no nos llevarían a ningún lado.

¿Qué tan difícil es ver con esos ojos? ¿Qué deseas ver y darle frente?

Pues muchas de estas preguntas tienen respuestas, y es que, antes que veas con tus ojos, es ver como lo veía Jesús.

Él tuvo un amigo que lo traicionó, guío a un pueblo que pidió la crucifixión de su cuerpo, ante cualquier ojo físico eso se prestaría para odiar.

Pero Jesús vio con ojos espirituales, amó tanto y lo dio todo.
Tres días en recordar por qué lo hacía y deseando que pase esa copa de Él y Cuarenta días para decirle a la muralla “Escrito Está” y te cuento algo…

🍃 Él Venció y si Él lo hizo… te digo algo más…
¡¡Tu también puedes hacerlo!!

No estás solo, Él que amó antes también ama ahora.

Deja una respuesta

Otras publicaciones...