Cuando solía salir a caminar de niña con mi familia, usualmente mis padres iban adelante y mis dos hermanas mayores atrás, y yo que soy la menor generalmente iba en el centro.
En la mayor parte de los recorridos a veces trataba de juntarme con mis padres o mis hermanas, pero sus conversaciones eran de adultos, y a mi edad, yo no entendía y tampoco quería entender 🙃
Así que prefería ir sola imaginando, divagando y pensando ¿por qué la vereda es para dos? (que injusticia, debería por lo menos ser para 3 🤭)
¿Han escuchado que los caminos de Dios son angostos? Comparemos eso con una vereda para dos, por delante y por detrás hay personas que no conoces y te queda caminar solo.
Cuando caminas en esa vereda no entiendes a donde debes ir y te adelantas a preguntar, pero la persona delante tuyo habla cosas que no entiendes, y quieres preguntar al de atrás, y tampoco entiendes, así que te das cuenta que no es un camino tan placentero.
¡Pero espera! estás entendiendo algo, esas personas hablan con alguien, así que, este camino no es entender al de adelante, y tampoco al de atrás, es entender quien está contigo y ves más clara la vereda y entiendes por qué es para dos.
Hay alguien contigo acompañándote y llevándote a la mejor aventura desde que aceptaste tenerlo como Señor y Salvador de tu vida.
Entonces la vereda para dos se hace más amplia porque junto con Él vienen ángeles de protección, junto con ellos regalos llenos de promesa, esperanza, descanso y paz.
Entonces, ves que ya no caminas solo, caminas en un envoltorio lleno de amor y la vereda para dos es aún más especial, porque por primera vez… ves que jamás estuviste solo 🥺
