Cuando juego Mario Run en el celular 🤳 (como muchos de ustedes), siento una emoción única cuando llega la estrella 🌟, ¡SÍ!, esa estrella amarilla, super poderosa que recoge todo, mata a todos es un ¡Triunfo Asegurado!
Pero…
Hay esas veces que te llega la estrella e igual pierdes 🤡, no te sirvió de nada y me digo: “Que desperdicio de estrella 🤷♀️, no valió la pena tenerla 🥲, me da coraje 🤔 y me río al mismo tiempo 😌, porque ya fue, ya perdí 😮💨. (esa es mi actitud en el momento, no sé si te sucede igual) ¡Perdí y punto!
Cuando me detengo a pensar en la causa por la que perdí, pero sí tenía una estrella 🤔. Deduzco que quizá es estrategia del juego para no avanzar o también puede ser que, por llegar, solo me dedico a correr hasta la meta y sobrevivir el nivel (con monedas o no) y por correr sin mirar pierdo 🥲
El obtener la estrella 🌟 hace que el juego lento se vuelva más rápido y el afán por llegar lo torne confuso, mientras que sin la estrella sé que debo ir lento y seguro hasta la meta.
Entonces eso me hizo ver que cuando vemos nuestro propio brillo 🌟 como triunfo, perdemos de vista 👑 QUIEN 👈nos la da, en este caso, no es un juego, es una realidad ⭐
Tú eres una estrella ⭐, elegida y nombrada que muchas veces está apagada corriendo peligros sin encenderte y algo característico de las estrellas es ¡Guiar🧭!
Eso me llevó a ver que dentro de la Biblia las estrellas⭐ que guiaron a las personas a los destinos de Dios, como:
⭐ La estrella de Belén (nacimiento de Jesús Mateo 2:2)
⭐ Las estrellas como señal de la descendencia de Abraham (Génesis 15:5)
⭐ La estrella de un futuro de victoria (Números 24:17)
Y después de Cristo podemos ver que las estrellas ⭐ fueron y son guías para trazar rutas tanto en el aire como en el agua.
Tantos ejemplos donde una estrella no es para uno mismo porque si no ¿A quién guiarías?
Sé esa estrella ⭐ que muestre el camino a los destinos de Dios en lo físico, espiritual, moral, ético, mental, emocional, etc.
Usa el brillo ⭐ para llegar a la meta y obtener el ¡Triunfo Asegurado! No solo, sino con otros.
Cada persona es una estrella ⭐, cada una tiene su brillo ⭐ y Dios a todas ⭐ llama por sus nombres. Salmos 147:4
