¿Agua?

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El agua se ensucia, mantenla limpia.

¿Cuándo el agua deja de ser bebible?

¿Te has topado con una botella con agua no limpia? Aunque parezca imposible, es verdad, el agua que no se consume se hace mohosa y en las paredes o en el fondo de la botella sentiras resbaloso, a simple vista no se ve y quizá ni sientas un mal sabor pero cuando tocas su interior está horrible.

Esto no solo pasa en las botellas, pasa en los pozos de agua, en botellones o hasta en los dispensadores de agua. Por eso es necesario siempre lavar los pozuelos para poner nueva agua fresca y limpia.

Hay un versículo donde Jesús expresa que debemos cambiar de vasija (odre) para poner vino nuevo.

Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente. Mateo 9:17

Y aunque en este versículo se habla de que no puedes poner vino nuevo en una vasija rota. En un estudio nos eseñaban que debemos vivir en el Espíritu Santo y bajo una ilustración nos explicaron que era como si un vaso lleno de agua esté dentro de una pecera llena de agua, eso es vivir en el Espíritu de Dios, es la intimidad que tienes que te hace saber que Dios siempre está ahí.

Y con los años me di cuenta que esa agua se puede ensuciar, y a qué me refiero con esto, pues te lo presento de la siguiente manera 👇

Dios nos llena de sueños, metas, propósitos, etc. Que te hacen vivir con la esperanza que un día lo lograrás, esa esperanza no avergüenza🤝, más bien te hace más fuerte y aumenta esa intimidad con Dios, pues Él es fiel y no es hombre para mentir. Y al pasar los años Dios pone más promesas en ti y así sucesivamente.

¡Pero! estas promesas no se cumplen, no has visto ni una… aunque Dios ha sido bueno y ha ido cumpliendo una que otra a largo plazo aun faltan más…

Eso hace que la esperanza se acumule tanto que llegas de tener tan puras las ideas a ideas manchadas, se van enubeciendo hasta el punto que no las has olvidado, no las has dado por terminadas, aún las mantienes por fe que se cumplirán… Pero es al tiempo de Dios.

Mi esposo me dijo algo reciente: “Si esperamos siempre el tiempo de Dios nos olvidamos de decir que ¡Ya es el tiempo de Dios!

¿Por qué me dijo eso? ¡Exacto!

Vivimos en la intimidad de Dios, en esa pecera cristalina de agua pura pero nos olvidamos de tocar las paredes y limpiarla.

¿Cómo están las paredes de tu corazón? Para guardar esa esperanza pura.

¿Como está el envase, es decir tu cuerpo? ¿Necesita Dios hacerte una vasija nueva para poner nuevo vino?

A veces confiamos mucho de que estamos santos y puros, que vivimos una santidad plena sin desgastarnos. Cuando la realidad es que, el esperar desgasta, el querer salir adelante de cualquier situación desgasta.

Y más cuando una promesa de Dios te dice que vas a salir adelante y no llega esa bendición, ¡desgasta!

Entonces nos manchamos, entonces nos vamos haciendo mohosos… ¿Y es bueno? ¡Claro que si!

Y lo entendí de la siguiente manera y te explico: “Por más desgastante que sea limpiar todos los días una casa, debes hacerlo para que no se llene de suciedad y todo esté en orden. Por más desgastante que sea limpiar una cisterna debes hacerlo para tener agua limpia y tener todo en orden. Por más costoso que sea ir a comprar una nueva botella para el agua limpia hay que hacerlo para saciar la sed y tener todo en orden.”

A veces La Esperanza, esa Agua Limpia, que pone Dios en nuestras vidas es para recordarnos que Él Tiene un Orden.

Entonces esa agua obvio la voy a descuidar porque me olvido que necesito la limpieza y orden de Dios en mi vida, esa agua me hace recordar que con Él puedo mantenerla limpia porque Él es quien tiene la idea clara, Él sabe el orden de mis pasos, planes y está anexando cada uno de ellos al de Él.

Me recuerda que soy libre de crear mi camino pero Él es más libre de acercarme a los suyos.

Quieres entender más… lee el próximo blog que lo titulé “Tendedero”.

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