Si ves lo que esperas, ¿Qué esperas?

2
Ver como lo ve Dios

Una de las preguntas menos entendibles para muchos, pues, es más fácil esperar lo que si se ve, por ejemplo, si tengo dinero para un carro, sé que en pocos días o meses lo adquiriré, es decir, espero solo acercarme al concesionario y comprarlo. Otro ejemplo, si me da positivo la prueba de embarazo solo debo esperar los 9 meses y pronto veré a mi hijo.

En cualquier caso, el ya saber que vas a esperar, te hace ir adquiriendo cosas para eso tan anhelado, en el caso del carro comprarás un seguro, accesorios, etc. y en el caso del embarazo comprarás la camita, ropita, etc.

Pero, si lo que esperas no es visible y tampoco sabes cuando va a venir, ¿Qué haces? ¿Está bien comprar cosas aunque no sepas que va a venir? ¿Debo esperar sin hacer nada? Son preguntas recurrentes que pasan por mi mente, en muchos de los casos esperar sin hacer nada es dejar un sueño en un sueño.

Creo y hablo bajo mi experiencia que, aunque no vea o no sepa cuando han de venir las cosas no dejo de soñar y si está en mi posibilidad adquirir una que otra cosa que me recuerde que hay un sueño que yo anhelo y que bajo Su voluntad lo tendré, no está mal, eso me hace seguir confiando en Él.

Mi experiencia y lo que he vivido por 7 años con el "no ser mamá”

Cuando conocí a mi esposo, yo tenía 18 años, mantuvimos una relación de amigos por 5 meses, cuando él me pidió ser más que amigos, su enamorada, yo ya para ese entonces sabía que quería pasar mi vida a su lado y que el sería el padre de mis hijos. Dentro de este tiempo hablamos mucho y conocimos varias cosas el uno del otro.

Uno de ellos fue que yo no menstruaba regularmente y que era posible tener problemas para embarazarme, ¿Por qué le conté aquello?, pues en una conversación con mi mamá me dijo que debía decirle, porque si no pudiese llegar a hacer mamá ¿Cuáles serían sus planes? es decir, si mi esposo estaría dispuesto a estar conmigo. Gracias a Dios mi esposo es un hombre de fe y de una visión clara del amor de Dios, así que me dijo: “Que yo era sana y que no me preocupase, todo iba a estar bien”

Después de 7 años de estar juntos y saber que era de Dios el habernos encontrado y poder compartir lo que habíamos vivido y mucho más, vino la propuesta de matrimonio. Ya para este entonces habíamos aceptado a Dios en nuestros corazones y teníamos algo bien en claro: Que una vez casados creceríamos en Dios y buscaríamos de Él. Y así fue y sigue siendo.

Pero nadie me preparó para lo que viviría a partir de ahí, así que, empecemos por las emociones encontradas 😮‍💨. Resultó que cuando ya tenía 1 año de casada muchos amigos y conocidos fueron padres y las peguntas ¿Cuándo tú? ¿Qué esperas? ¿Te has chequeado? ¿Te estas cuidando?, etc. No dejaron de llegar y no sé porque creen que al decir eso solucionan algo o dan ánimo, realmente en lo personal AFANAN más, y yo en ese año recién estaba aprendiendo a confiar en Dios, imagínense.

Así que en ese año la pase terrible, pasaba pensativa y deprimida la mayor parte del tiempo, muchas veces también lloraba sin consuelo. Pero no fue hasta que me dieron los resultados médicos donde me decían que tenía ovarios poliquísticos y que no iba a poder ser mamá si no seguía el tratamiento.

Para este momento ya no tenía esperanza en nada, creía que no podía irme peor porque Dios se mantenía bueno. Mi esposo, quien ora mucho por mí, ese año oró doble ❤️‍🩹 porque mis emociones y pensamientos no estaban alineados a lo que Dios quería hacer en nosotros ni en mí.

Tras muchos exámenes y médicos nunca hubo una respuesta favorable, es decir, ya no había quistes en los ovarios, había adelgazado, me había cuidado, pero seguía sin haber menstruación y la misma respuesta de siempre “todo está bien pero no le baja”. Al no tener respuestas claras y al ver que tomaba muchas pastillas para no tener un resultado, decidimos dejarlo.

Creo que ahí vino por primera vez creer en Dios sobre todas las cosas y al Segundo año de casados, decidimos tratarnos con un médico familiar y él me recostó en su camilla, puso mis manos en mi vientre y oró. Me dijo: “Cuando sea el tiempo, Dios obrará”. Y me mandó exámenes de rutina, de control y todo estaba bien, nada había cambiado. Así que seguí sin entender nada y preferí dejar que Dios obre a Su tiempo.

¿Por qué digo que no entendía nada?

Porque para mi Tercer año mi anhelo de ser mamá era aún más fuerte y personas se acercaban y me decían que me habían soñado con hijos, que me veían con hijos, etc. Entonces empecé a creer que para Dios no era una opción, yo iba a hacer mamá ¡Ya!, incluso a mi esposo le decían cosas muy similares.

Justo en el Tercer año más amigos tuvieron más hijos, unos se casaban y ya eran padres, ¡Uy no!, solo de recordar me digo así cualquiera se estresa, jajaja. Pero cuando estás rodeado de gente que vive en fe siempre vas a tener esa sensación que nada es imposible para Dios, a veces que lo digas no es que vas a cambiar tu manera de pensar es un proceso individual.

Por lo que me comencé a molestar de que muchos me empezaron a ver y referirse a mí, como una mujer de poca fe y eso dolió. Ahí fue que dije: A ver Dios que está pasando🤨 Así literal muy seria con Él.

Tanto mi esposo y yo para esos 3 años ya habíamos pasado mucho dolor, angustia, a esto sumando trabajo, familia, etc. Y fue que al Cuarto año después de culminar actividades dentro de nuestra congregación, decidimos centramos en lo que Dios quería en nosotros.

Ahí fue que con todo lo aprendido dentro de las enseñanzas, la biblia y tener intimidad con Dios, entendí lo que el doctor dijo: “a Su tiempo” y es que claro no era a mi tiempo ni a mi ¡Ya!. No estaba lista para serlo ni física, emocional, mentalmente peor espiritualmente.

Para estos 2 años más he visto Su promesa irse cumpliendo, veo cada día sus caritas, sus sonrisas que reflejan su futuro, amo sentarme a pensar a donde Dios los va a llevar, cuáles son los planes en sus vidas y en cuántos de ellos mi esposo y yo los guiaremos y cuantos más ellos irán caminando con Él.

Y es que me dirás ¿Ni los tienes y ya los quieres lejos? Y no es eso. Es solo que siempre he pensado que mis hijos pueden disfrutar a Jesús más de lo que yo he podido. Él les puso nombre y así mismo Su camino.

Por eso no se trata de ver lo que vas a esperar, se trata de esperar lo que no ves porque ahí se pone a prueba todo lo que les he contado, se pone a prueba la paciencia, la fidelidad de Dios, la confianza, el carácter, el proceso, el entender, el aprender y el depender de Dios.

Estoy segura que muchas otras cosas he aprendido pero lo que más guardo en mi corazón y testimonio es que aprendí a tener intimidad, a hacerlo mi amigo, consejero y Padre Eterno. No estoy sola y jamás lo estuve. Pero esto me enseñó que hoy estoy lista para ser mamá, hoy tengo conocimiento, hoy puedo guiarlos correctamente, hoy puedo enseñarles a tener esa intimidad con Su amigo, consejero y Padre Eterno.

Hoy también cometeré errores, pero ninguno que haga que mi familia pierda el centro principal y motor de este hogar que es Dios.

Tanto así que al ver los detalles guardados y una que otra cosa comprada durante estos años nos hace recordar que es nuestro sueño más anhelado y el regalo 🎁 más preciado de Papá para nosotros.

Deja una respuesta

2 comentarios en “Si ves lo que esperas, ¿Qué esperas?

  1. Elizabeth Cadena dice:

    Wooww es impresionante como al leer tan linda historia , en cada guion puedo sentir el amor de Dios presente y una convicción de que Dios te entregará a tus hijos porque él es padre fiel ♥️.
    Es verdad debemos empezar a mirar las cosas como si ya fuesen. Porque nuestro caminar en Dios se basa en la fe, no vivir de lo que ya se ve, sino empezar a ver con los ojos de Dios

    1. Juanita dice:

      Que linda, muchas gracias!! Me alegro mucho que te haya gustado y que puedas ver con Sus ojos de amor lo que Dios hace en tu vida.

Otras publicaciones...