
Todo padre quiere lo mejor para su hijo, por ende antes de que nazcas ellos ya tienen planes e ideas para ti, por ejemplo: donde vas a estudiar, que carrera escogerás, etc. Inclusive he escuchado padres cristianos decir “Yo ya estoy orando por la que será su pareja” y todavía ni nace. Y eso es bueno, porque los padres se preocupan por poder darnos lo que a ellos les faltó. Y así, será siempre y me pongo de ejemplo, porque yo ya pienso igual y todavía ni nacen.
En tiempo de pandemia tuvimos la oportunidad de tener un huerto que creció hermoso y dio mucho fruto pero no lo hemos podido reactivar por muchos factores.
Uno de los frutos que sembramos fue el pepino, cuya naturaleza es ir hacia arriba y volverse una enredadera, entonces cruzábamos cable por aquí y por allá, para mantenerlo saludable y grande.
Actualmente, lo único que quedó del huerto, fueron algunos alambres que sostuvieron hojas y tallos en la parte superior.
Estos alambres se volvieron tendedero de ropa, porque están estratégicamente tan bien posicionados para que la ropa se seque rápido, sin querer queriendo.
Y he estado en esos días donde mi cabeza está hecha ochos, es decir, muchos pensamientos, etc. Vi esos alambres y mientras veía el cielo pensando, seguía viendo esos alambres, entonces recordé un dibujo que Dios me llevó a ilustrar unos meses atrás.

Les decía que nuestros padres siempre tienen un plan trazado para nosotros, los vamos a poner Plan A y Plan B, en la imagen ven todas esas líneas trazadas esos Planes A y B, son aquellos que tú vas trazando. De cierta manera nuestros padres nos dan una pauta y empujón pero llega un momento donde esos planes se vuelven tuyos y ahora eres tú quien decide si vas por el Plan A o B.
Ambos planes son buenas decisiones no me estoy enfocando en las malas, 👀 ojo.
Pero si ven que en la ilustración hay una “D“, ¿qué significa? Pues, ese es el Plan D, sí, de Dios.
Y es que, en nuestros Planes originales, que pueden ser millones, siempre va a estar el Plan de Dios asomándose para dirigirte a donde Él te quiere llevar.
Por eso el plan D luego se vuelve A o B porque pasa a ser un Plan Principal. Mira la foto de portada y piensa:
Tus Planes A o B son los de arriba, se han hecho tantos cambios, ajustes, unos ya están más guindados, otros quizás a punto de soltarse, agarrados unos de otros, etc. Mientras que el Plan de Dios está recto con destino firme y sin enredarse.
Mi esposo me dijo algo reciente: “Si esperamos siempre el tiempo de Dios nos olvidamos de decir que ¡Ya es el tiempo de Dios!”
Porque Dios siempre está atrayéndonos a sus planes, dándonos momentos o inicios de que el camino a escoger es por ahí.
Y a veces no nos damos cuenta porque mucho de los Planes de Dios tiene que ver con incomodarse, y esto puede ser con tiempo, dinero, conocimiento, etc. Por eso no vemos los “imposibles” de Dios y cito una enseñanza de mi esposo que me dejo pensando mucho sobre esto.
En la parte de la historia de cuando Pedro está en la barca y Jesús está caminando sobre el mar.
"Jesús le dijo a Pedro, ven, solo eso. Y Pedro obedeció y fue."Pero qué pasó en medio del camino, la duda de lograrlo se apoderó de su mente y se hundió. ¿Quién lo sacó? Jesús.
Quién hizo lo imposible 👉 Jesús
Él hizo que 👉 Pedro camine en las aguas
👉 ¡Ese es nuestro Dios! 👈
Que cuando hay cambios del Plan A o B al Plan D 👉 le sigas, que Dios haga lo imposible, que puedas ver milagros y sorpresas que tiene reservados para tu vida.
La mayoría de los Planes de Dios serán sacarte de tu zona de confort y eso me recuerda a un discípulo que lleno de “fama y prestigio” cambio su plan al Plan D y se volvió un gran Apóstol, sí, ese fue Pablo de Tarso.
La pregunta es ¿Qué estás dispuesto a dejar por seguir a Jesús?
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